La historia de Lanas Rubí comienza en Sevilla en 1905. La familia Quintana, que hoy sigue al frente de la empresa con la cuarta generación, comenzó en el negocio de las hilaturas trayendo fibras de las Islas Filipinas para la fabricación de mantones de manila.
Se convirtió en una fábrica de referencia en el sector y fueron ampliando su producción con hilos de coser y bordar, así como algodones perlé para hacer labores. Durante gran parte de su historia, Lanas Rubí ha fabricado sus propios artículos, comprando la materia prima, tintándola e hilando cada madera.
Desde sus inicios ha tenido su sede en la capital hispalense, y ha ido adaptando sus instalaciones a la evolución de los tiempos desde su sede inicial en una calle céntrica de la ciudad, Bustos Tavera, trasladándola posteriormente al incipiente barrio de Nervión y por último a sus instalaciones actuales adaptadas a las nuevas necesidades.
En las últimas décadas, su actividad ha evolucionado hacia la comercialización de lana, algodones y otras fibras para labores. Con este nuevo enfoque trabaja hoy Lanas Rubí, estudiando las tendencias de cada temporada para proporcionar a sus clientes, mercerías y almacenes españoles y de otros países, las mejores hilaturas con su propia marca convertidas en ovillos especiales, con texturas diferentes y acabados únicos.